Mella apolíneo en una secuencia de Paradiso.
Mella apolíneo en una secuencia de Paradiso.
Reflejo narrativo de las manifestaciones estudiantiles durante la república.
En uno de los momentos narrativos más cinematográficos de la novela Paradiso, José Lezama Lima funde dos dramáticos hechos históricos del periodo republicano cubano recreados desde lo vivencial y lo imaginario:
“Llegó al grupo una figura apolínea, de perfil voluptuoso, sin ocultar las líneas de una voluntad que muy pronto transmitía su electricidad. Por donde quiera que pasaba se le consultaba, daba instrucciones. La caballería se ocultaba en el lado opuesto al ocupado por los estudiantes. […] El que hacía de Apolo, comandaba estudiantes y no guerreros, por eso la aparición de ese dios, y no de un guerrero, tenía que ser un dios en la luz, no vindicativo, no obscuro, no ctónico. Estaba atento a las vibraciones de la luz, o los cambios malévolos de la brisa, su acecho del momento en que la caballería aseguró la hebilla de la correa que sujetaba el sombrero terminado en punta. Pareció, dentro de su acecho, buscar como un signo. Tan pronto como vio que la estrella de la espuela se hundía en los ijares de los caballos, dio la señal. Inmediatamente los estudiantes comenzaron a gritar muerte para los tiranos, muerte también para los más ratoneros vasallos babilónicos”.
Paradiso. Capítulo IX (fragmento)
“En realidad, en mi novela se mezclan dos manifestaciones estudiantiles, la del 30 de septiembre y otra del año 1925.
En 1925 yo era un muchacho, tenía 15 años, me interesaba por los movimientos estudiantiles en América Latina, leía en las revistas lo que se publicaba sobre las reformas universitarias en México y Argentina y sentía simpatía y admiración por Julio Antonio Mella que había fundado ya la Federación Estudiantil Universitaria y el primer Partido Comunista cubano.
Un día Mella organizó una manifestación. Salió de la universidad, bajó por la calle San Lázaro y luego se dirigió al Palacio Presidencial. Su objetivo era derribar una estatua que el presidente Zayas, entonces en el poder, se había hecho erigir frente a la mansión del ejecutivo.
Yo estaba cerca del lugar observando los acontecimientos, refugiado detrás de una columna babilónica y desde allí veía a Mella que enlazó el cuello de la estatua con una soga y, junto a su grupo, tiraba de ella con fuerza para hacerla caer de su pedestal. En eso llego la policía, arremetió, armada de garrotes, contra los manifestantes que corrieron y Mella se quedó al lado del monumento prácticamente solo, con la cabeza rota.
Esa manifestación que yo presencié se mezcla en Paradiso con la del año 1930 en la que sí tomé parte. Algunos me han preguntado sobre la identidad del líder que aparece en Paradiso dirigiendo la manifestación. Es Julio Antonio Mella, aunque para esa fecha ya él había muerto asesinado por los esbirros de Machado que era un hombre terrible.
Yo no pude ver a Antonio Maceo dirigir un combate, pude ver a Mella al frente de una manifestación estudiantil, y quise rendirle ese homenaje”.
Declaración de Lezama Lima en entrevista concedida a Ciro Bianchi Ross en 1970. En: Asedio a Lezama. La Habana: Editorial Letras Cubanas, 2009.
En 1959 durante un ciclo de conferencias en la Universidad de La Habana, José Lezama Lima expresó: “Ningún honor yo prefiero al que me gané en la mañana del 30 de septiembre de 1930”. Esa es la fecha de la gran manifestación estudiantil en la que murió el estudiante Rafael Trejo y resultó herido de gravedad Pablo de la Torriente Brau.
Este hecho marcó la arreciada de la actitud oposicionista del pueblo de Cuba contra la tiranía de Machado y según Lezama constituye para él el inicio de la historia de la infinita posibilidad en la era republicana. A su decir: “Trejo es un gran ejemplo, con su muerte se llega a la profundidad histórica y hace surgir todas las posibilidades políticas e imaginativas”.
Compilación, corrección y notas: Isis Leyva Acosta, Israel Díaz Mantilla. Diseño: Vladimir Hernández Hernández.
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